Tindrem ocasió de parlar de les diferents àmbits en que es va moure en Pierre/Peter (Pere) Monés, segon i darrer Marques de Casa-Maury.
Fa poques setmanes vaig tenir ocasió d’adquirir el número 9 de la revista “Autodromo”, en que hi apareix un ample article sobre aquest Monés. Certament el títol del reportatge (que es troba a la pàg. 24) diu : “…Piloto, juerguista, vividor y agente al servicio de su Graciosa Majestad.”
M’agradaria transcriure parcialment part d’aquest article, en la part referent a la participació en la Segona Guerra Mundial :
“…Con el estallido de la segunda Guerra Mundial, en 1939, el Marqués de Casa-Maury serà movilizado como piloto de aviación, en la reserva, con el grado de capitán. Con el ánimo de que no entrara en combate directo, e influenciado por su esposa Edwina (segun se cuenta antigua amante de Monés-Maury) el vice-almirante Lord Louis Mountbatten – Jefe del Grupo de Operaciones Combinadas del Ejercito del Aire (inglés) – reclutará, en diciembre de 1941, al Marqués de Casa-Maury, ofreciendole el puesto de Wing Commander (Jefe de Ala, entendiendo que un Ala, es una agrupación de tres escuadrones, en el ámbito anglosajón), figurando a la cabeza del Servicio de Inteligencia; Mountbatten y el Marqués se conocian desde mucho tiempo atras y, en sus memorias, recordará que : “Me hubiera gustado ser como Bobby Casa Maury, tocar el piano y hablar de cultura como Peter, me hubiera gustado saber ligar con las mujeres… y especialmente con mi esposa”.
Evidentemente este puesto de alta responsabilidad superaba la capacidad de Monés-Maury. La idea de Mountbatten era preparar un desembarco de tropas, en Dieppe, operación que es conocida militarmente como “Operation Jubilee”. La misión de Monés-Maury era la de localizar todo tipo de defensas antiaereas y la localización precisa de la artilleria que el ejercito alemán habia dispuesto, en la costa francesa.”…
Demostrando una total incapacidad, Monés-Maury ordenó una minima serie de vuelos de reconocimiento fotográfico, prefiriendo reconocer el terreno a través de las fotografias tomadas por… los turistas ingleses, en tiempos anteriores a la guerra. “…”Denostado (criticat) y despreciado por los aviadores que tenia a su cargo, estos le recriminaban ademas su carácter racista…”…”Con una planificación tan precaria, el 19 de agosto de 1942 se produjo el desembarco de Dieppe, que resultó un gran fracaso y una carniceria que costó un total de 4.500 bajas, especialmente tropas canadienses.”
He localitzat aquest article d’aquest any, a aquesta adreça, que pot ampliar la informació dels fets (no tinc coneixement de l’autor de la ressenya)
http://eldardodelapalabra.blogspot.com/2019/01/un-ensayo-del-dia-d-el-desembarco-de.html :
“En 1942, las autoridades soviéticas presionaban a los aliados para la apertura de un segundo frente en Europa occidental que obligara a los alemanes a desvíar esfuerzos hacia allí. En realidad los gobiernos occidentales compartían esta opinión, ya que el colapso del frente ruso haría zozobrar el esfuerzo aliado. En abril del 42 comenzó a tomar forma una operación cuyo objetivo sería tomar, por unas horas, un puerto en la costa francesa del Canal de la Mancha, era la Operación Rutter, en la que iba a intervenir un número nada desdeñable de hombres y material; se trataba de un ensayo para una operación, de mucha mayor envergadura, en la que por primera vez iban a ser desembarcados tanques y que incluía el lanzamiento de paracaidistas, tras las líneas alemanas. De pronto empezaron los inconvenientes que acabarían por hacer fracasar la operación prevista para el 7 de julio, pero retrasada primero 24 horas y luego indefinidamente, además, los buques que iban a participar y que se hallaban en el Estrecho de Solent, fueron víctimas de un ataque aéreo alemán que llevó a los aliados a pensar que habían perdido el factor sorpresa, contando con que los daños sufridos por los barcos eran un inconveniente excesivo. Entonces se rescató un plan anterior sobre Dieppe, un puerto francés en el Canal de la Mancha. Se suprimió el lanzamiento de paracaidistas que fueron sustituídos por comandos que desembarcarían desde el mar en pequeños grupos que, a su vez, se dividirían en dos para atacar en forma de pinza, la batería de costa que protegía el lugar.
En las últimas horas del 18 de agosto de 1942, 230 barcos se habían concentrado en los puertos del sur de Inglaterra para lanzar el ataque, comenzaba la Operación Jubilee, con la que había sido rebautizada tras el abandono de proyecto inicial. Pronto empezaron a surgir las desgracias e imprevistos que se irían encadenando uno tras otro. Un convoy alemán que costeaba por la zona, se cruzó en el camino de la flota de ataque de manera imprevista, a pesar de lo cual, los comandos comenzaron a subir a las lanchas, el grupo que debía acallar la batería de costa alemana, se encontró de lleno con los barcos alemanes, la confusión que se produjo, provocó el hundimiento de varias naves de asalto y la dispersión de las que salieron como pudieron del encontronazo. Con menos fuerzas de las previstas y con el factor sorpresa perdido, lograron distraer a la batería de costa, pero no destruírla, ni siquiera dañarla. Además, llegado el momento clave, se sucedieron una cadena de errores que acabaron comprometiendo el ataque aliado. A última hora se sustituyó la cobertura aérea por el uso de pantallas de humo, pero el viento que soplaba del sur, limpió el humo, dejando al grueso de las tropas al descubierto, esto unido a que los nueve tanques que habían de desembarcar en la primera oleada, llegaron tarde por un fallo en la navegación, hizo que los primeros soldados en llegar a tierra fueran masacrados literalmente, situación que se repitió con los grupos que les siguieron. Curiosamente, antes del desembarco, se había conseguido actualizar la información sobre las defensas alemanas en las que figuraban estas ametralladoras que barrían la arena una y otra vez, pero la información se quedó en algún punto de la cadena y nunca llegó a conocimiento de los responsables de planificar el desembarco de Dieppe. A las 9:40, se emitió una orden de retirada, pero los soldados que habían cruzado la playa y llegado a tierra más protegida, tenían que desandar y retroceder lo andado para alcanzar las lanchas y regresar, todo ello bajo el fuego de las mismas ametralladoras alemanas que les habían diezmado al llegar. El balance final fue un absoluto desastre, 4.000 bajas entre muertos, heridos y prisioneros, uno de cada tres. El general canadiense John Hamilton Roberts, responsable de la operación sobre el terreno no volvió a dirigir tropas en un campo de batalla en su vida. Antes del desembarco, Roberts había dicho ante sus oficiales que Dieppe sería como un trozo de tarta listo para ser comido sin problemas. Año tras año, el 19 de agosto, el general recibió una caja enviada de forma anónima a su domicilio por correo, conteniendo un trozo de tarta…”
Aquest fet va fer replantejar noves estratègies, considerant errades en la informació o com s’havia facilitat, potser de coordinació…, i va ajudar a que no es tornessin a repetir…